Nuestra Casa Común

Llamado a un lugar de encuentro para promover, compartir y celebrar un ecumenismo profético con motivo de la 11ª Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias (CMI) en Karlsruhe, Alemania en 2022

Nosotros y nosotras, representantes de diversas iniciativas ecuménicas de base en Alemania, hemos decidido unirnos para acompañar de forma crítica y constructiva el gran evento del CMI del próximo año. El propio CMI lanzó en 1983 el proceso conciliar de compromiso mutuo con la justicia, la paz y la integridad de la creación.

Como primer paso, en abril de 2020, en una carta abierta1 firmada por ecumenistas de todo el mundo, instamos a las iglesias alemanas en particular, así como al CMI y al movimiento ecuménico en su conjunto a encarar (de nuevo) con mayor intensidad y decisión la crisis actual de supervivencia de la humanidad y la creación y sus causas estructurales.

En las últimas décadas el movimiento ecuménico dio evidencias de ocuparse con intensidad y sistematicidad del debate sobre las condiciones político-económicas imperantes y, finalmente, adoptó una posición casi unánime y clara. Por ejemplo, en su 10ª Asamblea, la Federación Luterana Mundial denunció el orden económico mundial imperante, cada vez más totalitario, como “idolatría” (Winnipeg 2003); la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas confesó en su 24ª Asamblea: “Creemos que la integridad de nuestra fe corre peligro si guardamos silencio o nos negamos a actuar frente al sistema actual de globalización económica neoliberal” (Accra 2004); y la 10ª Asamblea del CMI denunció la “dominación del mercado” como “un sistema mundial dominado por la codicia y el dinero que protege el crecimiento ilimitado de la riqueza de los ricos y poderosos mediante una explotación sin límites” (Busan 2013).2

A pesar del agravamiento de la crisis civilizatoria que, desde entonces, cada vez es más visible, este conjunto de resoluciones sistemáticamente elaborado -que desde el pontificado de Francisco ha mostrado una gratificante concordancia con las encíclicas y las cartas apostólicas- se está dejando cada vez más de lado, probablemente en muchas ocasiones – por temor a conflictos fundamentales con responsables políticos y/o económicos.

En vista de esta desafortunada situación invitamos al movimiento ecuménico, especialmente a nuestras hermanas y hermanos del Sur global, a participar activamente con nosotros y nosotras en esta Casa Común antes y durante la reunión del CMI. Para ello, queremos organizar una Casa Común ”virtual” con videoconferencias, página web, etc. previamente a la Asamblea y, posteriormente, en un lugar real de encuentro en Karlsruhe durante la misma.

Necesitamos una iniciativa profética de este tipo con más urgencia que nunca. La Tierra, nuestra casa común, se encuentra en una situación cada vez más amenazante. Los estragos causados por el sistema capitalista mundial han adquirido literalmente proporciones epidémicas; la distribución de la riqueza es cada vez más obscena; las migraciones (internas) han adquirido proporciones dramáticas en todo el mundo; las crisis climáticas parecen casi imposibles de contener; las guerras ilimitadas afectan cada vez más a las poblaciones civiles; y cada vez son menos los que siguen confiando en la democracia, tanto a nivel nacional como transnacional -en cambio, muchos se apoyan ahora en regímenes y estructuras autoritarias o en un repliegue unilateral hacia espacios internos- ¡para deleite de los gobernantes! Con el profeta Jeremías podríamos lamentar en voz alta: “Miré la tierra, y vi que estaba desordenada y vacía” (Jer 4:23).

¿No deberíamos quejarnos como Jeremías? ¿Decir la verdad con valentía? A diferencia de tantas y tantas iglesias y grupos sociales, ¿no deberíamos dejar de callarnos ante el poder abrumador de las circunstancias imperantes, dejar de adaptarnos a él? ¿No deberíamos solidarizarnos con las muchas iniciativas y movimientos que también existen en este mundo: con el movimiento por la justicia climática, el movimiento de las mujeres, los insurgentes desde Santiago de Chile hasta Rojava/Kurdistán? ¿No deberíamos nosotros y nosotras, y también las iglesias, estar incondicionalmente junto a quienes luchan por el derecho a la paz, a la justicia, a la salud y por un mundo que nos alimente y al cual conservemos respetuosamente? ¿No deberíamos unirnos a ellos y ellas para desarrollar signos y prácticas de discipulado profético? A menudo estamos lejos de ello, a menudo nos hemos aburguesado demasiado, a veces nos resignamos a la aparente superioridad de las circunstancias y nos sometemos a las supuestas limitaciones, prefiriendo dar solo esos pequeños pasos que secretamente sabemos que son insuficientes.

Casa Común fue el nombre de una iniciativa en el marco del Sínodo Católico Romano para la Amazonía 2019, que ofreció a fieles y a miembros del Sínodo la oportunidad de entablar conversaciones entre ellos y ellas sobre cuestiones existenciales. Queremos aprovechar esta iniciativa: durante la reunión del CMI, nosotros y nosotras también queremos crear un lugar en el que tenga cabida el espíritu de un ecumenismo que se ponga decididamente del lado de los oprimidos y oprimidas en las luchas de este mundo y que, codo a codo con ellas y ellos, luche por un mundo en el que todas las personas puedan vivir con dignidad y justicia.

Nos gustaría invitarles a Ustedes a participar en esta Casa Común como lugar de encuentro, de intercambio, de aprendizaje, enriquecimiento mutuo y espiritualidad de resistencia. Se pretende que sea un lugar para las personas que se preocupan por una crítica valiente de las circunstancias, que buscan formas de trabajar por un cambio fundamental y que quieren unirse con este fin: Delegados y delegadas del CMI, cristianos y cristianas que forman parte de iniciativas ecuménicas de base en todo el mundo, activistas de movimientos sociales en la República Federal de Alemania así como en el Sur global, personas que se preocupan por el espíritu del proceso conciliar, y todos aquellos y aquellas que quieran reflexionar, discutir, celebrar y desarrollar planes con nosotros y nosotras sobre cómo y dónde podemos participar efectivamente en las luchas contra la injusticia y la opresión hoy en día.

No queremos adelantar qué temas pondremos en la agenda, con quién hablaremos y cómo serán los días de encuentro en nuestra Casa Común. Más bien queremos invitarles a un proceso de trabajo común en el que discutamos y desarrollemos todo esto juntos y juntas. Ya en el período previo a la reunión del CMI queremos trabajar con diversos grupos lingüísticos en forma de conferencias virtuales y talleres de estrategia sobre cuestiones como: ¿Cuáles deberían ser los temas prioritarios para un movimiento ecuménico profético que interpreta adecuadamente los signos de los tiempos? ¿Cómo podemos hacer oír nuestra voz en la asamblea del CMI?

Esperamos su participación y su creatividad para llenar el espíritu del ecumenismo con una nueva vida junto a nosotros y nosotras – ¡para una vida plena para todos (Jn 10:10)!

Descargar este llamado


1 Esta carta abierta, reconocida como “crítica constructiva” por el Secretario General en funciones del CMI, puede encontrarse aquí.

2 Aquí también hacemos referencia al actual mensaje ecuménico conjunto “Llamado a una economía de la vida en tiempos de pandemia”.